Canet y
Miguel después de mas de 7 meses sin salir de pesca se enzarzaron de nuevo en
conseguir capturar algún buen ejemplar, ya que para las pocas salidas que
pueden hacer últimamente por lo menos intentar capturar algo que les llene o de
lo contrario comerse un tremendo bolo de los que tan poco gustan a nadie. Así
que le dedicarían varios fin de semana correlativos en busca de los preciosos
ejemplares que este escenario esconde. El sábado durante el día la actividad permaneció
totalmente nula, ni un salto, ni una carpa buscando solearse... nada de nada.
así que pensaron que al igual se habían precipitado en la elección de cuando
subir a este escenario, ya que era la primera semana que el calor se hacia
latente por estos lares. Después de dar Miguel una vuelta por la zona mientras
Canet se quedaba junto a las cañas esperando la picada, Miguel obervó que
en más de 1km la actividad era totalmente la misma que en nuestra
zona, ni un pez. Pero la diosa fortuna parecía que estaba de su lado, nada mas
empezar a caer la noche empezaron a divisar los primeros saltos a lo lejos, los
cuales cada vez se acercaban mas su zona. Se adentro la noche y teniendo
actividad en el cebadero se propusieron cenar, con el típico comentario de
" ahora veras como las muy cabronas pican ahora que estamos cenando"
y así fue, arranca una violenta picada y clavan, se desplaza como una tremenda
locomotora buscando los juncos de la orilla, consiguen evitar que se meta en
ellos y empieza a dejar traerse con alguna que otra acometida, pero al final se
rinde y se deja meter en la sacadera, la ponen en la moqueta y enseguida se dan
cuenta que esta tenia algo especial, diferente, "dos tonalidades", una bicolor corta y rechoncha.
Así
que muy contentos con la captura conseguida siguen con lo que tenían entre
manos antes de la picada (cenar). Cenaron y se acostaron a dormir. A las 3 de
la mañana arranca otra vez la misma caña y esta parecía ser un poco menos
peleona que la anterior, pero no por ello mas pequeña. Se trataba de otro
precioso ejemplar de royal mucho mas grande que el anerior.
Después
de lanzar la caña de la ultima picada se acuestan de nuevo a dormir y con un
dulce sonido de despertador empieza a sonar una alarma a las 9 de la mañana. Se
trataba de otra preciosa royal.
Después
de las fotos procedieron a recoger todo antes de que el sol empiece a calentar
de nuevo como la el día anterior ya que tenían que hacer un buen cacho de
distancia con varios viajes para llegar hasta donde tenían el coche. Una
sesión productiva a la cual la semana siguiente esperaban repetir de nuevo ya
que se fueron muy contentos con los resultados obtenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario